sábado, 17 de abril de 2010

A la Napolitana

Cuando uno camina desde Napoli Centrale, la estación de tren, hacia el centro histórico, enseguida se da cuenta que esta ciudad, y probablemente todo el sur de Italia, poco tienen que ver con la Europa civilizada que se ve más al norte.  Es el completo caos y un grato y buscado golpe de realidad, después de tanto orden y limpieza que vengo viendo desde mi salida de Buenos Aires.


No existe el reciclaje, cruzar una avenida es una odisea y nadie tiene en cuenta ni los semáforos ni los sentidos de circulación de las calles. Completan la escena, además de bocinazos de motos en las que viajan de a 3 y sin casco y las permanentes idas y venidas de los vendedores ambulantes africanos ante la aparición de los caravinieri, una poco atractiva e insistente oferta sexual, similar a la que se puede encontrar en Constitución y en... adónde habrá mandado a los "trabas" Mauricio?


Napoli está asentada en una bahía que la corta al sur, con nubes negras, espesas y desafiantes, el Vesubio, uno de los volcanes más altos de Italia que esta dormido y no extinguido.


Su última erupción fue en 1944 pero la más recordada y trágica hace 1900 años que sepultó Pompei, donde hoy se siguen realizando excavaciones y se pueden ver los restos de las construcciones y las víctimas arrolladas por la furia de la erupción.


Después de la de Calabria y la de Sicilia, la mafia de Napoli, la Camorra, es la más temeraria de Italia.
Maneja el negocio de la recolección de residuos. Es común ver contenedores que rebalsan de basura y un servicio infrecuente, señal que la mafia está en negociaciones con Il Cavalieri Silvio.


Los napolitanos, amantes de los grafittis, dejan no muchas paredes sin pintar, tienen su propio dialecto y son los reyes de la pizza.
Se respira fútbol por todos lados.
Los más jóvenes idolatran al tanque Denis y Lavezzi, pero la mayoría le sigue rezando a San Diego...como todos nosotros dentro de 50 y pico de días.

lunes, 12 de abril de 2010

Norte rico




No se puede agregar mucho de todo lo groso que se dice de Venezia y Florencia. Puedo decir que lo comprobé.

Donde se están agregando pero caminos, rutas, autopistas y vías que perforan montañas es en la región de la Toscana. Todo para llegar 20 minutos más rápido a no sé cuales ciudades grandes de Italia.


De todos modos, imposible no disfrutar al descubrir pueblitos perdidos y aún amurallados colgados de las colinas con sus respectivas iglesias y catedrales de 500 años dentro, restaurantes y cafes atendidos por sus dueños, tanos sin prisa que secan sus ropas en las calles, algunos lagos y tantas otras imágenes.




Se pueden seguir sugerencias pero creo que lo mejor es recorrer y perderse entre las montañas.

Asi apareció Urbino, Castiglione del Lago, Siena, Perugia, Asis y San Gimignano.
Todos lugares que dan ganas de ponerse una granja, cultivar vino o algodón, escuchar el viento y las campanas y ya está.


Sigo camino, me acerco al Sur y ya me lo empiezan a mencionar.
Mañana estaré en su tierra.


Vienen y voy

Por el Troxy pasaba todos los días porque era a la vuelta de donde trabajaba.
Incluso fui a una entrevista para laburar ahí.
Y bueno, me daré una vuelta màs...
Al fin y al cabo, dicen que dicen, nadie puede con su brujería.

domingo, 4 de abril de 2010

Apóstrofe

Comienza otra etapa.

No es fácil bajar tantos estímulos.

Todavía digiero y saboreo las amistades londinenses, un otoño-invierno hostil y sabio, muchas pintas de Guinness, noches matinales de psy trance en suburbios industriales okupados, almuerzos y cenas con amor, hospitalidad y carne latinoamericana, ese ímpetu excesivo por prohibir y vigilar, las ardillas en los parques, los zorros sigilosos en las calles, dormir poco para pedalear temprano, arte, ciencia ficción…




Un encuentro especial antes de retomar la senda del movimiento solitario por países lejanos de los próximos meses. Viene bien volver a sentir el calor de la familia y subir unos kilos que, seguramente, volveré a perder en el Mar Muerto, las ruinas de Petra o quién sabe dónde.


Mientras practico mi italiano en Firenze y tomo nota de algunas anécdotas increíbles que nos suceden a mí y mis padres, llegan noticias de la boda de la reina en las islas. Toda una historia de hadas…


Buona Pasqua