miércoles, 9 de junio de 2010

Otomano

Desde Besiktas, un centrico barrio del lado europeo de Estambul, camine y me mostraron lo mejor de esta ciudad. Noches de Kebap, puffs, shisha y Raki a orillas del Bosforo, donde termina Europa y comienza Asia. 


Mesquitas, ferrys y mucha conmocion socio-politica con manifestaciones y marchas desde Taksim, centro de Estambul, por la balsa de ayuda humanitaria con bandera turca que nunca llego a destino.
Este conflicto me tiene atrapado.


A 12 horas de Estambul hacia el sur queda la region de Capadoccia, donde hace varios miles de anios un volcan erupto y el viento, los rios, la lluvia y el tiempo se encargaron de erosionar y dibujar el paisaje actual. Cavernas, cuevas y ciudades subterraneas que bien valen la visita.


En una de esas coincidencias que no pueden ser, en Goreme, pueblo lejano y tierra perdida, me tope accidentalmente con Tute. Era justo el dia que llegaron mis 27 y fue el mejor companiero para brindar por el presente.
Entre charla y novedades portenias no tardamos mucho en coordinar las brujulas y seguir camino juntos.
El viento nos llevo por Bulgaria mientras le hablaba de la importancia del "manual", que no existe pero esta y hay que respetar.


Plovdiv, segunda ciudad bulgara en importancia pero con menos poblacion y transito que un pueblo pampeano, se dejo caminar y fue mistico apreciar sus colinas verdes y parques rusticos rodeados de estatuas sovieticas.
No mucho para resaltar de la gris Sofia mas que el placentero y caluroso viaje en tren que nos llevo hasta alla, al ritmo de Mosca de Bar, Tema de Adrian y Ya no sos Igual, todos himnos de 2 Minutos.


El aqui y ahora es desde Ohrid, Macedonia, pequenio pueblo  entre las montanias y a orillas del lago que lleva el mismo nombre.
Por el hostal estan desfilando viajeros diversos, aunque no son muy bienvenidos ni de mi agrado aquellos que se pegan a la Lonely Planet. Pero hay mucho de los otros, de los que uno se pierde en conversaciones nocturnas, comparte caminatas por el bosque, de siestas bajo un arbol, de esos que uno asocia enseguida con el concepto de viajar y dejarse llevar.



Y asi se pasan los dias. Absorbiendo y sonriendo.
No hay tiempo para aburrirse. La intensidad es completa y la dejo aca porque el duenio del hostal (nacionalista-pelado-loco parecido a Freddy Villarreal, fanatico de Maradona, Argentina, Los Piojos y los Borrachos del Tablon) quiere que veamos Maradona, de Kusturica.
No imagino mejor momento ni escenario para verla.